Es una de las intervenciones más empleadas en el tratamiento de carcinomas celulares y basales: es la cirugía de Mohs.
También conocida como cirugía micrográfica, la cirugía de Mohs es un tipo de intervención microscópica que se emplea en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer de piel, como el carcinoma basocelular y el carcinoma de células escamosas. Se trata de una técnica que permite preservar al máximo la piel sana de alrededor del tumor y que consigue altísimos porcentajes de curación. Esto es posible gracias a la supervisión anatomopatológica de las muestras en el momento de la intervención (el tumor se analiza inmediatamente después de su extirpación)
¿Cómo se realiza la cirugía de Mohs?
Durante la intervención se realizan una serie de pasos a los que se denomina estadios. Cada estadio consta de la extirpación del tumor y el estudio de los bordes laterales y profundos del tumor con la ayuda de un microscopio. Si tras una extirpación se observa que todavía quedan restos de tumor, se procede a iniciar el siguiente estadio, que consiste en eliminar la zona que aún se observa afectada. Este proceso se repite hasta que se consigue eliminar por completo el tumor.
Se trata de una intervención ambulatoria, por lo que no requiere hospitalización (pueden darse casos en los que se recurra a la hospitalización durante las siguientes 24 horas a la cirugía).
La operación puede durar entre 3 y 5 horas y se suele realizar bajo anestesia local, aunque a veces puede que se administre anestesia general.
¿Cuándo se recurre a la cirugía de Mohs?
Se trata de una técnica de alto coste a la que se recurre cuando se dan indicaciones claras:
– Tumores mayores a 20 milímetros que además se encuentran en áreas estéticamente comprometidas (labios, nariz, párpados…)
– Tumores con alto índice de reaparición o de rápido crecimiento como el carcinoma basocelular o el melanoma.
– Tumores que no están bien delimitados.
¿Qué es necesario antes de la intervención?
Por lo general, antes de recurrir a la cirugía de Mohs es necesario realizar una biopsia cutánea, una analítica sanguínea y alguna prueba de imagen. Además, es importante saber que no todos los servicios de dermatología pueden realizar esta intervención, ya que es necesario que haya un profesional (Anatomopatólogo) disponible.
¿Existen complicaciones asociadas a la cirugía de Mohs?
Esta intervención está asociada a infecciones en la herida, sangrados y daño de la fibras nerviosas de la zona afectada. Además, con frecuencia pueden quedar cicatrices que, aunque pequeñas, pueden resultar poco estéticas.
También hay que tener en cuenta los riesgos asociados a la anestesia.
Autor: Purificación Salgado, Periodista Última modificación: 13 junio 2016
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